Tras eliminar las celdas reales y las reinas rivales, la joven Reina sale de la colmena para hacerse fecundar, incitada por las obreras, que la mordisquean y la empujan. La meteorología ha de ser favorable: 20ºC como mínimo, poco viento, cielo azul y mucha luminosidad.
Durante las primeras semanas después de su emergencia, la reina copula con varios zánganos.
La cópula tiene lugar en vuelo a lo alto que puede alcanzar los 4 km de altura. Los zánganos persiguen a la Reina atraídos por ella. Los machos más rápidos y más vigorosos la fecundan.
Con sus seis patas, el zángano se agarra a la reina, ésta abre sus vías genitales y, por una reacción refleja, el bulbo se introduce en la cámara del aguijón de la reina. Paralizado, el zángano se inclina hacia atrás y mediante la contracción de su abdomen y la presión de la hemolinfa eyacula su esperma.
El bulbo se desagarra y permanece en las vías genitales de la reina: es el signo de la fecundación que se observa en la reina que regresa a la colmena.
El apareamiento dura menos de 5 segundos. Acto seguido la pareja suele caer al suelo y se separa. El zángano muere poco después.
La reina podrá acoplarse con otros machos (entre 7 y 14 ). De este modo llena su espermateca con espermatozoides que utilizará durante el resto de su vida para fecundar los huevos.Cada nuevo pretendiente debe arrancar el signo de fecundación de su predecesor.
Hasta durante 4 o 5 años, la reina puede poner los huevos, fecundados o no, que se convertirán respectivamente en las obrera o los zánganos de la colonia. Finalmente la fecundidad de la reina depende de al cantidad de esperma acumulado en su espermateca.
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